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  • From the Messianic Jewish Alliance of Mexico

Meditando en la SinagogaEL GUSTO PECAMINOSO POR LOS FALSOS PROFETAS


A través de toda la Biblia (Tanaj y Brit Chadashá) leemos de la inclinación del pueblo por los falsos profetas y sus falsas enseñanzas. Inclinación originada en dos cosas: la naturaleza caída y no renovada, como también en los que, a pesar de haber escuchado el mensaje de salvación, desobedecen su palabra y retornan a sus viejas costumbres. A practicar la fe a su modo (y no como el Señor lo expresa y pide en las Escrituras). A llevar, como escribiera el sociólogo francés Gilles Lipovestski, la “religión a la carta”, acomodando en sus corazones no rendidos al Señor, sus propios deseos, preferencias y conceptos de fe. En mantener el control de sus vidas, sin permitir que la voluntad de D-os se cumpla. Lo peor de todo, es que en su rebeldía pretenden aparentar ser creyentes, cuando sus hechos muestran lo contrario. Así ha sido siempre.

Si revisamos las Sagradas Escrituras encontramos repetidos pasajes en los que Israel pretendía, solo de apariencias mostrarse como fiel a D-os, cuando en realidad no lo querían obedecer, de ahí que una y otra vez les enviara a los profetas para que les reconvinieran y amonestaran por sus rebeliones:

“Y no oyeron ni inclinaron oído; antes caminaron en sus propios consejos, en la dureza de su corazón malvado, y fueron hacia atrás y no hacia adelante, desde el día que vuestros padres salieron de la tierra de Egipto hasta hoy. Y os envié todos los profetas mis siervos, enviándolos desde temprano y sin cesar; pero no me oyeron ni inclinaron su oído, sino que endurecieron su cerviz, e hicieron peor que sus padres”. (Yirmeyahu-Jeremías 7:24-26).

Digámoslo de manera clara y sencilla. Millones de judíos creen estar llevando la fe de Patriarcas y Profetas, cuando la verdad es que no es así ¿Cómo practicarán la fe de sus ancestros, si ni siquiera conocen el mensaje Divino contenido en la Biblia? Les resulta más fácil y cómodo revestirse de santurronería exterior, de aparentar religiosidad, sin embargo, en lo esencial y valedero, es decir, en rendir sus vidas y almas a D-os no lo hacen. Su Palabra, como ya se dijo, además de resultarles desconocida, la mayoría la tiene en poco. Claro, es más fácil y cómodo seguir las tradiciones, que buscar a D-os de todo corazón y rendirse a El, de obedecer los que nos pide.

Conocer a D-os conlleva arrepentimiento de una vida de pecado, creer y obedecer su Palabra, y rendirse a Él para siempre, lo que implica renunciar al ego y comenzar una nueva vida conforme a la voluntad del Señor. Lo que se conoce como “nacer de nuevo”.

Termino que se aclara no es moda ni terminología de fanáticos religiosos de Norteamérica. Por supuesto que no. Es una realidad espiritual para ser un verdadero judío (o cristiano) conforme al deseo divino, tal y como se lo aclarara el Mesías YESHUA a rabí Nicodemo: “Nicodemo le dijo: ¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo? ¿Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre de su madre y nacer? Respondió Yeshua: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios. Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es” (Yohanan-Juan 3:4-6)

¿Cuál es entones el problema de fondo? Son varios: primero, que el propio concepto que se tiene de judaísmo la mayor de las veces es erróneo. Ajeno a lo establecido en las Escrituras, deformado por los falsos profetas y dirigentes ciegos; de guías de ciegos que a través de los siglos fueron saliéndose del camino establecido por D-os en la Biblia, HASTA MOSTRAR AL PUEBLO UN JUDAISMO AJENO CASI TOTALMENTE A LA REVELACIÓN DIVINA, DESVIADO DEL MENSAJE Y PROPÓSITO ORIGINAL (así le sucedió al cristianismo; lo que provocó para su salud la REFORMA del siglo XVI que volvió finalmente la fe a las Escrituras).

Un segundo problema, y grave, es la incredulidad de la mayoría de los que se dicen ‘creyentes’ cuando en realidad no lo son. Siempre han llevado la fe como ellos desean, o como se las han enseñado, sin tomarse la molestia de cerciorarse si lo que han escuchado y aprendido está sostenido reamente en las Escrituras. Las mentiras en ciertos casos matan y en cuanto a la fe es un hecho.

Por eso el Mesías YESHUA reclamó a muchos en su generación: “¿Por qué me llamáis, Señor, Señor, y no hacéis lo que yo os digo?” (Lucas 6:46). Multitudes en Israel en el siglo primero le escu-charon y siguieron, sin embargo, no estaban dispuestos a obedecerle. Es el mismo reclamo de D-os en toda la Biblia, pues, aunque celebraban las fiestas, acudían al Templo y llevaban exteriormente la fe, en la mayoría de los casos sus vidas no estaban rendidas a D-os.

Y al no rendirse a Él, siguen ellos mismos conduciendo sus vidas, que delante de D-os están reprobadas. El Señor no quiere ritos y rezos, se lo dijo claramente al pueblo a través de Isaías. Él quiere vidas rendidas en fe, amor y obediencia, no obedientes a la tradición, sino obedientes a su Palabra: “¿Para qué me sirve, dice Yahwéh, la multitud de vuestros sacrificios? Hastiado estoy de holo-caustos de carneros y de sebo de animales gordos; no quiero sangre de bueyes, ni de ovejas, ni de machos cabríos… Vuestras lunas nuevas y vuestras fiestas solemnes las tiene aborrecidas mi alma; me son gravosas; cansado estoy de soportarlas” para luego decirle a Israel de todas las épocas- “Lavaos y limpiaos; quitad la iniquidad de vuestras obras de delante de mis ojos; dejad de hacer lo malo; aprended a hacer el bien; buscad el juicio, restituid al agraviados, haced justicia al huérfano, amparad a la viuda. Venid luego, dice Yahwéh y estemos a cuenta: si vuestros peca-dos fueren como la grana, como la nieve serán emblanquecidos” (Yeshaya-Isaías 1:11,14 y 16-18)

Lamentable y dolorosamente muchos no quieren cambiar, por lo que rechazan el mensaje de D-os contenido en la Biblia, para llevar el ‘judaísmo’ a su manera, a su gusto, posición que les deja a merced de los falsos profetas y charlatanes religiosos. Que si contextualizamos la Palabra a nuestros tiem-pos: a rabinos y predicadores de éxito y sabiduría aparentes, a ellos sí les escuchan y siguen con gusto, por lo que son engañado espiritualmente creyendo “que obedecen y agradan a D-os” cuando no es así. La Biblia lo dice clara y repetidamente.

Cuando leemos los disparates y ‘visiones’ de rabinos jasídicos, como el famoso Baal Shem Tov, quien, en abierta rebelión contra las Escrituras, promovía el espiritismo y/o consulta a los muertos, recordamos de inmediato que D-os considera abominable dicha práctica en la Torá: —“No sea hallado en ti…quien practique adivinación, ni agorero, ni sortilegio, ni hechicero, ni encantador, ni adivino, ni mago, ni quien consulte a los muertos. Porque es abominación para con Yahwéh cualquiera que hace estas cosas” (DEVARIM-DEUTERONOMIO 18:10-12).

¿O qué decir de los rabinos reformados?, que predican y enseñan que “aunque no venga nunca el Mesías, hay que trabajar por el establecimiento de la era mesiánica”. Creer semejante disparate reduciría el judaísmo a mera ideología, moralismo, o filosofía de grupo. Olvidando completamente que dicha promesa es Palabra revelada del Dios de Israel para su pueblo. Promesa en la que está implícita la salvación de Israel, la redención respecto a sus pecados (y la entrada al esperado Reino eterno de D-os).

Y no solamente esto, sino que, además, el Tanaj revela que Israel tendría que llevar dicho mensaje de salvación al resto de los pueblos de la tierra (como sucedió gracias al judaísmo mesiánico del siglo primero, que, aunque no lo hicieron con todos, sí llevaron las Buenas Nuevas de salvación al mundo conocido; tarea que continuarían en los siglos posteriores líderes de la cristiandad).

Así que al no buscar a D-os de todo corazón quedan a merced de líderes desviados, sin el conocimiento real del mensaje Divino (ni de su guía y bendición). Algunos, por simple desconocimiento de dicho mensaje o por entenderlo erróneamente, aunque, otros, por hacer de la religión un simple mercado de las cosas divinas, haciendo del ministerio un oficio, cuando para servir al Dios de Abraham, Isaac y Jacob se requiere obligadamente de un llamado. A este tipo de líderes se refirió el Mesía Yeshua cuando dijo: “Mas ¡ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque cerráis el reino de los cielos delante de los hombres; pues ni entráis vosotros, ni dejáis entrar a los que están entrando” (Matatiyahu-Mateo 23:13)

Sin embargo, hay buenas nuevas de D-os para su pueblo. Hemos entrado en un período de gracia para todo el pueblo judío, en el que D-os rescatará y salvará a todos aquellos que crean y se arrepientan de sus pecados. Entenderán que D-os es santo y delante de Él no puede haber pecado, ¿Pero, cómo pretender entrar en el Reino de D-os gobernado por el Mesías y prometido a Israel, cuando la vida no está entregada ni rendida a Él?. SHALOM.


Email: mahergo1950@gmail.com

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