La mayor parte de las generaciones en nuestro pueblo no han entendido, o no han querido entender, que D-os ya estableció las reglas y normas de cómo desea El que vivamos la fe judía. No hay nada qué inventar ni reglas para imponer. En el Tanaj quedó muy claro lo que el Señor quiere de su pueblo y la manera como debemos de vivir, y el Brit Chadashá (N.T.) sólo ratificó y cumplió lo anunciado por los profetas.
El problema recurrente, es que tanto los líderes de las distintas corrientes, como la gran mayoría de los creyentes quieren llevar el judaísmo a su gusto y manera, incluso, creen “a pie juntillas” que la tradición es la guía, cuando muchas de las veces la tradición es contraria a lo revelado por D-os en la Biblia. ¿Qué espera D-os de su pueblo?, ¿Que se le obedezca a El y su Palabra, o que se obedezca la tradición? La respuesta es tan obvia que no requiere de explicación alguna. A través del profeta Oseas el Señor le reclama a Israel: “Os escribí las grandezas de mi Ley, y fueron tenidas por cosa extraña” (Oseas 8:12).
Y es que, no se puede obedecer lo que no se conoce ni respeta. Cuando la fe está fundamentada sobre otro cimiento ajeno al revelado por D-os a Israel, la desobediencia y la herejía aparecen de inmediato. No se puede llevar la ‘religión a la carta’, como lo critica con sarcasmo el sociólogo francés Lipovetsky, al menos no delante de D-os.
Para desgracia de gran parte de nuestro pueblo así sucede. En todas las corrientes judías existen versiones contaminadas de la fe o francamente desviadas la mayor de las veces por dos grandes razones: ¡la ignorancia y la arrogancia! Traer una kipá y usar el talith, así como apoyarse en la tradición, las costumbres y un lenguaje aparentemente religioso, no hace rabino a nadie, mucho menos delante de D-os. Para servir a D-os se requiere necesariamente de tres cosas: 1) Tener el llamado, 2) estar dispuesto a prepararse y pagar el precio para servir a un D-os santo, y 3) sustentar la fe judía para sí y para los fieles únicamente en las Sagradas Escrituras.
Lamentablemente no siempre sucede así; incluso en el judaísmo mesiánico que reconoce a YESHUA como el Mesías anunciado en las Escrituras y se tienen a éstas como norma de fe y conducta. También de vez en cuando aparecen algunos improvisados sin el conocimiento de la Biblia y sus doctrinas contenidas (que no quieren obedecer a D-os, ni tampoco pagar el precio de una preparación adecuada y necesaria) que logran engañar a algunos desviándoles de la fe bíblica y haciéndoles creer que caminan en la verdad, cuando lo cierto es que no es así. Cuando esto sucede desviaciones, herejías y disparates aparecen de inmediato. Lo peor es que la más de las veces los engañados congregantes creen “estar practicando judaísmo”, cuando son puras desviaciones que les alejan de D-os y de su voluntad manifestada en las Escrituras.
A esto se refería el Señor cuando nos advirtió a los creyentes de todos los tiempos para que nos aseguremos estar en su voluntad y no en la de los 11
hombres: “Pueblo mío, los que te guían te engañan, y tuercen el curso de tus caminos” (Isaías 3:12).
Hace algunos años un dizque rabino mesiánico, ciertamente era judío, sin embargo, sus enseñanzas eran desviadas y heréticas. Lo que es peor, ya comenzaban a engañar a algunos que en su ingenuidad le consideraban ‘profundo’ y con ‘nuevas revelaciones’. Al respecto se habrá de señalar y advertir que ya no hay nuevas revelaciones, lo que D-os quería que supiéramos de Él y de su mensaje para judíos y cristianos, ya lo dejó en la Biblia. Y en cuanto al falso rabino la Messianic Jewish Alliance of America lo confrontó con sus mentiras y desviaciones reprobando su rabinato (impidiéndole en lo sucesivo que se hiciera pasar por rabino mesiánico, prohibiéndosele además que continuara enseñando sus desviaciones, pues incluso escribió un libro cuyo título era francamente blasfemo; ni qué decir de gran parte de sus enseñanzas erróneas).
Ante esto, cabe la pregunta ¿Por qué muchos creyentes, judíos y cristianos, son más propensos a caer en esos engaños y aceptar las mentiras más que la verdad revelada?
En la Torá D-os, el Padre, lo anunció a través de Moisés para que todas las generaciones de Israel lo obedecieran cuando apareciera y se cumpliera el vaticinio en el Mesías: “Profeta les levantaré de en medio de sus hermanos, como tú; y pondré mis palabras en su boca, y él les hablará todo lo que yo le mandare. Mas a cualquiera que no oyere mis palabras que él hablare en mi nombre, yo le pediré cuenta” (Devarim-Deuteronomio 18:18.19).
Cuando Yeshua apareció cumpliéndose puntualmente todas las profecías al respecto, habló las palabras que D-os el Padre había puesto en su boca. Como sabemos, muchos sí le creyeron y obedecieron y así nace el judaísmo mesiánico. Lamentablemente fueron más todavía, y así ha continuado por los siglos, que no obedecen la Palabra de D-os, antes obedecen las tradiciones, las costumbres, e incluso las ideas y criterios propios, desviándose de la fe y practicando un judaísmo ajeno al revelado por D-os. Lo peor del caso es que lo mismo sucede en gran parte de la cristiandad.
Tratando de concluir el comentario y qué este sea de provecho para algunos lectores que consideren que se encuentran parcial o totalmente en esta situación, como siervo del Señor te diría que vas bien. El considerar siquiera que te encuentras en una posición como la señalada es bueno; te ayuda a descubrir tu condición delante de D-os. Acto seguido, te pediría que ores al Señor y le pidas perdón por haber llevado tu vida equivocadamente, ajena a su voluntad, como también le pidas perdón de tus pecados. Nunca debemos perder de vista que nuestro D-os es santo, y nosotros personas caídas, por eso precisamente es que nos prometió enviar un Mesías que nos reconciliara con El.
Cuando Juan, como profeta de D-os para Israel (y para toda la humanidad) vio venir a YESHUA en el río Jordán donde él bautizaba, dijo al pueblo, y nos dice a todos: “He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo (Juan 1:29). A eso vino en primer orden el Mesías: a reconciliarnos a la humanidad caída con un D-os santo que no puede admitir el pecado ni la impunidad, ofreciéndose a sí mismo, como cordero inocente y sin mancha de pecado en la Pascua del año 33 del siglo I (lo cual todo judío puede entender al analizar el contenido y razón del Seder de Pesaj/ La sangre del cordero como libertad y protección contra la muerte).
YESHUA, el Mesías de Israel (de todo aquel que crea), cumplió todo lo que estaba escrito en el Tanaj. No se sujetó a las costumbres ni a la tradición, sino a lo escrito en la Biblia y anunciado por patriarcas y profetas Más todavía, su retorno glorioso como está revelado en las Escrituras se ve cada vez más próximo, pero ahora lo hará como Rey glorioso para reinar en Israel y sobre todos los pueblos de la Tierra. Así está escrito y así sucederá, pues la fe para judíos y cristianos ya ha sido revelada toda y lo que se requiere es creer y obedecer. No hay que inventar nada, solo creer y obedecer. SHALOM.
Rabino Manuel Hernández G.: es consejero espiritual de la AJMM, tiene Licenciatura y Maestría en Teología, egresado de la Universidad FLET de Miami (graduado con «Summa Cum Laude»). Email: mahergo1950@gmail.com